Semon Dye, un predicador ambulante, irrumpe un día en la pequeña comunidad de Rocky Comfort, en Georgia. Se hospeda en casa de Clay Horey, un agricultor rudo, y pronto altera la vida de todos a su alrededor: su joven esposa Dene, su exmujer Lorene y el vecino Tom Rhodes.
El comportamiento de Dye —uno de los personajes más potentes y provocadores creados por Erskine Caldwell— dista mucho del que se espera de un “hombre de Dios”: bebe, seduce, juega, amenaza y manipula sin escrúpulos. Con esta historia, Caldwell denuncia la hipocresía y la influencia corrosiva de ciertas sectas religiosas en las comunidades rurales del Sur de Estados Unidos.