Durante un crepúsculo veraniego, en un Sur de Estados Unidos asolado por la Depresión, corre la voz de que un muchacho negro ha abusado de una mujer blanca. De inmediato, la opinión pública y los intereses políticos avivan miedos y frustraciones hasta convertirlos en la determinación de una multitud enfervorizada.
Erskine Caldwell narra el linchamiento de Sonny Clark desde múltiples puntos de vista. Reserva sus pasajes más duros para quienes tenían en sus manos la vida del muchacho y la dejaron escapar: el sheriff Jeff McCurtain, que no dispersa a la turba; Harvey Glenn, que lo entrega a sus perseguidores tras hallarlo escondido; y Katy Barlow, que no retira su falsa acusación hasta que ya es tarde.