Es un retrato de un vagabundo cuyas raíces son la tierra misma, ambientado en el profundo Sur de los Estados Unidos durante los años de la Gran Depresión. Prostitutas, granjeros, negros extenuados y blancos pobres aparecen como supervivientes en medio de la lucha diaria por la vida. Caldwell narra con lirismo intenso una visión desesperanzada de la búsqueda de la felicidad, explorando nuevos modos expresivos.